lunes, 14 de mayo de 2012

(VI) LECCIONES DE VIRTUDES PRÁCTICAS: 24. “Economía y Ahorro”


Elimínense los hábitos de despilfarro.
Enseñad a vuestros hijos que Dios tiene derecho sobre todo lo que poseen, y que ninguna cosa podría suprimir ese derecho; todo lo que poseen lo han recibido como un legado, para probarlos si serán obedientes. El dinero es un bien necesario; que no se prodigue a quienes no lo necesitan. Hay otros que necesitan vuestros dones voluntarios. . . . Si tenéis hábitos de despilfarro, suprimidlos de vuestra vida tan pronto como sea posible. A menos que hagáis esto, os arruinaréis para la eternidad. Y los hábitos de economía, trabajo, y sobriedad son, aun en este mundo, una mejor porción para vosotros y vuestros hijos que una rica dote (Manuscrito 139, 1898).

Instruid a vuestros hijos en la economía.
El Señor me ha iluminado con la idea de que debemos ser cuidadosos en no gastar imprudentemente nuestro precioso tiempo y dinero. Hay muchas cosas que satisfarán nuestros caprichos, pero debemos precavernos contra el gasto de dinero en aquello que no es pan. Necesitaremos muchas medios para adelantar decididamente la obra en nuestras ciudades. Cada uno tendrá una parte que desempeñar en la obra del Señor. Los padres deben instruir a sus hijos en lecciones de economía, a fin de que los jóvenes miembros de la grey aprendan a compartir la responsabilidad de sostener la causa de Dios en este tiempo (Carta 4, 1911).

El amor no se manifiesta por el despilfarro.
Practicad la economía en vuestro hogar. Muchas personas fomentan y adoran los ídolos. Desechad vuestros ídolos. Abandonad vuestro placer egoísta. Os ruego que no empleéis dinero en embellecer vuestros hogares, porque es el dinero de Dios, y se os pedirá  cuenta de él. Padres, por amor de Cristo, no utilicéis el dinero del Señor para agradar los caprichos de vuestros hijos. No les enseñéis a ir en pos de la moda y la ostentación a fin de ganar influencia en el mundo. . . .

No eduquéis a vuestros hijos para que piensen que vuestro amor por ellos debe manifestarse halagando su orgullo, su despilfarro, su amor a la ostentación. Ya no hay tiempo de inventar modos de gastar el dinero. Vuestra capacidad inventiva debe ponerse al trabajo a fin de encontrar la mejor manera de economizar. 
(Manuscrito 139, 1898).

La lección de economía de Cristo.
Hay una lección para nosotros en el acto de alimentar a los cinco mil, una lección que tiene una aplicación especial para estos tiempos cuando vivimos en circunstancias difíciles y nos vemos compelidos a practicar una estricta economía. Después de hacer el milagro y satisfacer el hambre de la multitud, Cristo tuvo cuidado de que el alimento que había sobrado no se desperdiciara (Manuscrito 3, 1912).

Les dijo a sus discípulos: "Recoged los pedazos que sobraron, para que no se pierda nada". Aunque todos los recursos del cielo estaban a sus órdenes, él no permitía que ni siquiera un trozo de pan se desperdiciara (Carta 20 a, 1893).

No descartéis nada que sea útil.
Ninguna cosa que pueda utilizarse debería descartarse. Esto requerirá sabiduría, planeamiento y cuidado constante. Me ha sido presentado que la incapacidad para ahorrar en las cosas pequeñas es una de las razones por las cuales tantas familias padecen necesidades (Manuscrito 3, 1912).

Nunca aprendieron a economizar.
Hay mucha obra que realizar para el Maestro, y hombres que hoy podrían ocupar elevadas posiciones en relación con la obra de Dios, han fallado porque nunca  aprendieron a economizar. No limitaron sus deseos a sus entradas cuando ingresaron en la obra, y sus hábitos de derroche provocaron la ruina de su utilidad en la causa (Carta 48, 1888).

Cómo enseñar el uso debido del dinero.
Enséñese a cada joven y a cada niño no solamente a resolver problemas imaginarios, sino a mantener una cuenta exacta de sus propias entradas y salidas. Enséñeseles el uso correcto del dinero dándoles la oportunidad de utilizarlo. Sea que lo suplan los padres o que lo adquieran por sus propias ganancias, que los niños y niñas aprendan a elegir y comprar su propia ropa, sus libros y otros artículos necesarios; y al llevar una cuenta de sus gastos, aprenderán el valor y el empleo del dinero, como no podrían aprenderlo en otra forma (Counsels on Stewardship, pág. 294).

El valor de llevar cuentas.
Cuando los niños son aún muy tiernos, se les debe enseñar a leer, a escribir, a comprender los números, y a llevar sus propias cuentas. Pueden avanzar paso a paso en este conocimiento (Consejos para los Maestros, pág. 129).

Enseñad a los niños a llevar cuentas. Esto los capacitará para ser exactos. El niño gastador será el hombre gastador. La niña vanidosa, egoísta y preocupada de sí misma será la misma clase de mujer. Debemos recordar que hay otros jóvenes de quienes somos responsables. Si enseñamos a nuestros hijos a corregir sus hábitos, mediante ellos podremos influir en otros.
 (Carta 11, 1888).

(La Conducción del Niño de E.G. de White)

(VI) LECCIONES DE VIRTUDES PRÁCTICAS: 23. “Abnegación, Generosidad Y Previsión”


Lecciones necesarias para cada hogar.
En todo hogar, deben enseñarse lecciones de abnegación. Padres y madres, enseñad a vuestros hijos a economizar. Animadles a ahorrar sus centavos para la obra misionera. Jesús es nuestro ejemplo. Por amor de nosotros se hizo pobre, para que por su pobreza fuésemos enriquecidos. Enseñó que todos deben unirse en amor para trabajar como él trabajó, para sacrificarse como él se sacrificó, para amar como hijos de Dios (Joyas de los Testimonios, tomo 3, pág. 349).

Aprended la lección de abnegación y enseñadla a vuestros hijos. Se necesita ahora todo lo que se pueda ahorrar para la obra que ha de hacerse. Hay que aliviar al que sufre, vestir al desnudo, alimentar al hambriento; hay que hablar de la verdad para este tiempo a los que no la conocen (Mensajes para los Jóvenes, pág. 312).

El hábito de sacrificarse.
Por precepto y ejemplo enseñad la abnegación, la economía, la generosidad y la dependencia propia. Todo aquel que posea un carácter firme estará capacitado para hacer frente a las dificultades y pronto para seguir un "Así dice Jehová". Los hombres no están preparados para comprender su obligación para con Dios hasta no haber aprendido en la escuela de Cristo a llevar su yugo de restricción y obediencia. El sacrificio es el comienzo mismo de nuestra obra de hacer progresar la verdad y de establecer instituciones. Es una parte esencial de la educación. El sacrificio debe llegar a ser habitual en toda la formación de nuestro carácter en esta vida si queremos tener un edificio no hecho con  manos, eterno, en los cielos (Joyas de los Testimonios, tomo 2, págs. 472, 473).

La caja de la abnegación.
Hay que educar a los niños para que sean abnegados. Una vez, cuando hablaba en Nashville, el Señor me iluminó respecto de este asunto. Me impresionó con gran fuerza con la idea de que en cada hogar debería haber una caja de la abnegación y que habría que enseñar a los niños a colocar en esa caja sus monedas que de otro modo gastarían en dulces y en otras cosas innecesarias. . . . Descubriréis que a medida que los niños colocan sus monedas en esas cajas, obtendrán una gran bendición. . . . Cada miembro de la familia, desde el más viejo al más joven, debería practicar la abnegación (Review and Herald, 22-6-1905).

Los niños no deberían ser el centro de atracción.
Los niños de 2 a 4 años no deberían ser inducidos a creer que deben tener todo lo que pidan. Los padres deberían enseñarles lecciones de abnegación y nunca tratarlos de modo que piensen que son el centro, y que todas las cosas giran alrededor de ellos. 

Muchos niños han heredado el egoísmo de sus padres, pero los padres deberían procurar desarraigar de su naturaleza cada fibra de esta tendencia. Cristo expresó diversos reproches a los que eran codiciosos y egoístas. Los padres, a la primera manifestación de egoísmo, sea en su presencia o cuando están con otros niños, deberían procurar restringir y desarraigar esos rasgos del carácter de sus hijos (Signs of the Times, 13-8-1896).

Algunos padres dedican mucho tiempo y atención a jugar con sus hijos; pero los niños deben aprender a jugar solos, a ejercitar su ingenio habilidad. De este modo sabrán contentarse con placeres sencillos. Debe enseñárseles a soportar valientemente sus pequeños desengaños y pruebas. En vez de hacerles reparar en el menor dolorcillo, distráigaseles la atención y enséñeseles a pasar por alto leves contratiempos y penas (El Ministerio de Curación pág. 302).

La gracia del desprendimiento.
Una de las características que debería ser fomentada y cultivada en todo niño es el olvido de sí mismo que imparte a la vida una gracia inconsciente. De todas las excelencias del carácter, ésta es una de las más hermosas, y para toda obra verdadera de la vida es uno de los requisitos más esenciales (La Educación, pág. 232).

Estúdiese para aprender a enseñar a los niños a ser serviciales. Los jóvenes deben acostumbrarse desde temprano a la sumisión, a la abnegación y a la consideración de la felicidad ajena. Debe enseñárseles a subyugar el temperamento impulsivo, a retener la palabra apasionada, a manifestar invariablemente bondad, cortesía y dominio propio (Consejos para los Maestros, pág. 95).

¡Con cuánto cuidado deberían dirigir los padres a sus hijos a fin de contrarrestar toda inclinación al egoísmo! Continuamente deberían sugerir nuevas maneras por las cuales sus hijos pueden ser considerados con otros y aprender a hacer cosas por sus padres y madres, quienes lo hacen todo por ellos (Signs of the Times, 13-8-1896).

(La Conducción del Niño de E.G. de White)